Seguramente, el año 2020 quedará en los registros históricos como aquel que hizo tropezar a la Humanidad con un escenario desconcertante: “escenario de pandemia”. Un contexto disruptivo e incomprensible que obligó a reformular los intercambios e instrumentar nuevos soportes para apostar a una continuidad posible. La distancia y el aislamiento pusieron en jaque la interacción y la vincularidad humana.
En el campo de la educación, hubo que recomponer los instrumentos y métodos tradicionales del proceso enseñanza-aprendizaje. El espacio del aula, lugar de encuentro fecundo entre miradas, imágenes, cuerpos y mentes ávidas de conocimiento, pasó a ser “virtual”.
La Práctica de Investigación “Primera Infancia: de la Investigación a la Clínica y a la Prevención”, introduce a los alumnos en la cocina de la investigación en el contexto de la migración a la digitalidad, sosteniendo una fuerte vincularidad entre docentes y estudiantes.
En el segundo cuatrimestre del 2020, 25 alumnos interactuaron, cooperaron y co-crearon proyectos de investigación, suscitando la construcción de una experiencia en el proceso de aprendizaje. Algunos de los temas que convocaron su interés, fueron “infertilidad y parentalidad”, “la simbolización y la regulación afectiva en el juego a los 18 meses y a los 4 años, su vinculación con el tipo de apego de los niños”, “el uso de las pantallas en niños de 0 a 3 años en una población de Buenos Aires. El rol del cuidador y su impacto en la regulación afectiva”, “la relación entre el funcionamiento reflexivo parental y la responsividad en niños y niñas de 4 y 5 años con trastorno del espectro autista (TEA) en CABA y GBA, Buenos Aires, Argentina”, “el establecimiento de la comunicación inicial en la díada madre adolescente-bebé. Sostén familiar y atención del embarazo como contexto facilitador del desarrollo del vínculo temprano” y “modalidades de crianza en contextos de vulnerabilidad social y el rol de las redes de apoyo”.
Estos trabajos fueron supervisados de manera personalizada. El principal objetivo de la Práctica de Primera Infancia consistió en rescatar la vincularidad y la bidireccionalidad en escenarios digitales, que tienden a la homogeneización. Se asignaron roles a cada integrante del equipo docente, para facilitar el seguimiento del alumnado. En general, este tipo de acompañamiento, al ser poco usual, fue agradecido y muy valorado, sobre todo por aquellos alumnos que decidieron utilizar el trabajo final como parte del proyecto de tesis de licenciatura. Hasta el momento, cuatro de ellos han aprobado dichas tesis.
Los recursos digitales utilizados para cumplir con los objetivos de la cursada son: correo electrónico, campus virtual, Google Drive, Zoom y el canal de Youtube.
Sabemos que el aprendizaje es un proceso afectivo, no meramente intelectual. Darle cabida a esa complejidad en un entorno virtual es un arduo desafío aceptado por docentes y alumnos. La transferencia es un concepto que apuntala nuestra práctica profesional como psicólogos y también como docentes. La escucha sutil y atenta de las situaciones del aula, el estímulo a las interacciones, la consideración del caso por caso, el encuentro con dificultades imprevistas, fueron objetivos, entre otros, que han tenido que afrontarse enhebrando rigurosidad conceptual con herramientas y recursos tecnológicos. Los fuimos descubriendo sobre la marcha.