"…una enseñanza que se limita a presentar los conocimientos elaborados, escondiendo todo el proceso que conduce a su elaboración, impide que los alumnos puedan hacer suyas las nuevas ideas…" Gil (2002).
Toda educación universitaria de calidad debe proporcionar a los estudiantes la oportunidad de apropiarse de conocimientos y estrategias que auspicien su desarrollo personal y permitan su intervención en un contexto socio histórico determinado. En ese sentido, la agenda educativa actual, a través de su discusión en torno de la noción de competencias, analiza la necesidad de promover saberes contextualizados y complejos que permitan la mejor inserción y desempeño profesional en la sociedad del conocimiento y la información.
La incertidumbre que caracteriza el contexto actual, la inabarcabilidad y caducidad de la información, la relatividad de los conocimientos, la heterogeneidad de las demandas educativas y del estudiantado, imponen la necesidad de una constante revisión y actualización de la práctica docente. Cada situación de aprendizaje plantea problemas peculiares en el plano de la enseñanza, y el profesor para su resolución deberá contar con saberes y habilidades que faciliten una toma decisiones pertinente conforme el diagnóstico situacional realizado y los fines educativos que guían su intervención. Este conjunto de saberes multidimensionados refieren no sólo a la selección y organización de los contenidos, sino a la representación que pueda construir de escenarios de aprendizaje más eficaces habida cuenta de los requerimientos contextuales y del perfil del estudiante universitario actual.
La intervención del profesor constituye un nudo fundamental en la concreción de un proyecto educativo. Es por eso que generar espacios para la revisión crítica de las estrategias tradicionales de enseñanza cobra relevancia.
Toda estrategia didáctica implica una concepción de hombre, de sociedad, de aprendizaje, de enseñanza, por cuanto no pueden ser consideradas neutrales, ni ajenas a la implicación del enseñante.
En las últimas décadas, producto de relevantes avances en el campo de la investigación educativa, se ha generado una importante cantidad y calidad de saberes respecto de las prácticas de enseñanza., promoviendo la consideración del espacio educativo universitario como un punto de encuentro para la actividad interactiva y reflexiva. Prácticas arraigadas en la simple transmisión de información resultan hoy profundamente deficitarias en términos de dispositivos generadores de auténticos conocimientos , y es así como el uso de estrategias didácticas aplicadas a la enseñanza universitaria ha comprobado la necesariedad de ir “más allá de una acción transitiva” propiciando "desarrollar al máximo las potencialidades de la persona" , promoviendo el desarrollo de habilidades cognitivas de nivel superior en los estudiantes.
En el marco de estas conceptualizaciones es que el presente curso de actualización propone la asunción por parte del profesor de intervenciones orientadas a guiar aprendizajes "creando situaciones y contextos de interacción", estableciendo espacios de formación y discusión académica en torno del objeto de conocimiento.
Se espera que a partir de la revisión crítica de las categorías y modelos tradicionales se acceda a la conceptualización de modelos y diseños de intervención conformes con la propia práctica en pos de lograr estándares de calidad. Paralelamente se espera propiciar en los asistentes la construcción progresiva de una visión integradora de sus prácticas en el nivel atendiendo a la multiplicidad y complejidad de las variables y dimensiones que configuran el proceso educativo. El meta análisis incentivado, habilitará seguramente el diseño de estrategias de intervención superadoras al interior del campo disciplinar, propiciando la planificación y promoción de situaciones de aprendizaje en las que el estudiante universitario organice sus experiencias, estructure sus ideas, analice sus procesos y exprese sus pensamientos, y el docente asuma su rol como orientador, guía y facilitador del aprendizaje.