¿Qué es la Psicoprofilaxis Quirúrgica?

 

En nuestro país es una práctica que se desarrolla desde la década del 60. Casi tan antigua como la cirugía misma, de un modo u otro, siempre hubo personas que cumplían la función de serenar a enfermos que debían operarse. En la actualidad, su marco conceptual se abre, amplia y flexibiliza en las ciencias que convergen en ella: Psicología y Medicina.

Con estrategias y técnicas en permanente reformulación, la Psicoprofilaxis Quirúrgica no se limita a la asistencia psicológica de enfermos quirúrgicos, se extiende a su familia y se integra interdisciplinariamente, con y en el equipo médico-quirúrgico. Es decir, trabaja con todos los niveles que participan, directa o indirectamente, en la cirugía. La importancia de la tarea, es lograr una disposición cabal para que una operación tenga los mejores resultados.

Entendemos que la Psicoprofilaxis quirúrgica no constituye una suerte de prótesis o suplemento para la cirugía. Concebir así su práctica apuntaría a una concepción tradicional, explicativa, de los conceptos de salud, enfermedad y curación y del rol profesional del psicólogo. En ella se despliega la singularidad de quien “tiene”, en un momento de su vida, en una parte de su cuerpo, una enfermedad orgánica (médica) categorizada como quirúrgica que “debe” ser curada según el principio “quirúrgico” de la Medicina.

 

Los objetivos generales de la Práctica profesional serán: 1) Trasmitir los fundamentos de un trabajo especializado de la Psicología clínica y la Psicología de la salud desde la Interdisciplinariedad. 2) Presentar un dispositivo aplicable en ámbitos institucionales. 3) Capacitar para el trabajo con pacientes quirúrgicos adultos. 4) Proporcionar recursos para planificar estrategias y seleccionar técnicas de abordaje. 5) Analizar la dimensión ético-deontológica de la práctica del psicólogo en el área y delimitar su rol profesional ante: El paciente, su familia y el equipo médico.

Esta práctica supone trabajar junto al paciente, con y desde la enfermedad orgánica y la estrategia quirúrgica. Posibilita considerar los aspectos emocionales que puedan afectar el curso del proceso, para prevenir y evitar, que la operación pueda dar lugar a una organización psicopatológica.

El propósito no es apuntar a la "psicologización" de la problemática quirúrgica ni "reducirla" a lo estrictamente orgánico, anátomo-fisiológico. Se abordarán "los fenómenos psicológicos que se producen en la situación quirúrgica", considerando las variables intervinientes que la atraviesan. Ello establece una diferencia que se sitúa en que, para el paciente, una intervención quirúrgica es, la mayoría de las veces, un hecho inédito, las más de las veces no buscado (salvo en cirugía estética) e inesperado. Aún cuando se trata de una tarea que implica situaciones de estrés, tensión, cansancio e incertidumbre, esto no es así para el equipo médico. Es decir, ambos términos de la situación quirúrgica (cirujano-paciente), están sujetos a implicaciones diferentes, igualmente significativas, con distintos sentidos para cada uno de ellos, que interactúan dialécticamente.

Considerando la complejidad de la situación: ¿De que depende su éxito o fracaso? ¿Sus avatares y vicisitudes? ¿De la enfermedad que padece? ¿De la complejidad o riesgo de la operación? ¿Del estado general del paciente? ¿De su condición psíquica? ¿De la aptitud e idoneidad del cirujano y el equipo? ¿De las condiciones y medio-ambiente de trabajo? ¿De las actitudes del equipo médico? ¿De factores socio-económico-culturales?

Cada uno de esos interrogantes atraviesa el acto quirúrgico, pueden tener efectos iatrogenos e incidir en él, complicando, algunas veces el proceso. Esto significa que una I.Q. es un fenómeno que no comienza ni termina en el enfermo, ni con la operación. Se inicia en el momento mismo en que la persona es informada que debe operarse, atraviesa al enfermo, su familia, el equipo, la institución y se prolonga después de ella.

La Práctica profesional "Psicoprofilaxis quirúrgica", ofrece una perspectiva desde lo más general a lo peculiar de la situación, sin recortar los aspectos señalados comunes a la Medicina y la Psicología, dado que proporcionará conocimientos para contar con estrategias para resolver las dificultades y problemas que se presenten caso por caso, como también posibilitar, en el marco del respeto por las diferencias, una mayor interacción e integración entre profesionales de distintas disciplinas.

La propuesta sitúa la Psicoprofilaxis en el contexto de la interdisciplinariedad, esencial para plantear la pregunta:

¿Qué puede hacer el Psicólogo para mejorar las condiciones de la experiencia quirúrgica?