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El principio de neutralidad y la regla de abstinencia
Gabriela Z. Salomone

 

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Introducción

Sabemos que la Regla de Abstinencia es el fundamento de la cura psicoanalítica. Denegar las satisfacciones sustitutivas propicia la pregunta por el deseo, causando al sujeto que es convocado a responder. Sin embargo, si bien fundamental, no es ésta la única indicación técnica que Freud presenta.

Las indicaciones referidas a la técnica analítica son abordadas por Freud a lo largo de toda su obra, y no se limitan exclusivamente a los llamados escritos técnicos. Al recorrer estas recomendaciones vemos que se pueden distinguir dos tipos bien diferenciados de indicaciones técnicas: uno, corresponde a la Regla de Abstinencia, y el otro, al Principio de Neutralidad. Frecuentemente, se toma a los conceptos de neutralidad y abstinencia como sinónimos. Sin embargo, analizar sus diferencias nos permitirá establecer la articulación entre ambos.

Hemos organizado el desarrollo de este trabajo en base a varias citas textuales de la obra freudiana, teniendo en cuenta aquellas recomendaciones en las que Freud se muestra más insistente y que resultan recurrentes a lo largo de tantos años de enseñanza.

 

Desarrollo

Comenzaremos recorriendo las indicaciones que se refieren a la Regla de Abstinencia.

...la técnica analítica impone al médico el mandamiento de denegar a la paciente menesterosa de amor la satisfacción apetecida. La cura tiene que ser realizada en la abstinencia...hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como unas fuerzas pulsionantes del trabajo y la alteración, y guardarse de apaciguarlas mediante subrogados...[1]

...por cruel que suene, debemos cuidar que el padecer del enfermo no termine prematuramente en una medida decisiva. Si la descomposición y la desvalorización de los síntomas lo han mitigado, tenemos que erigirlo en alguna otra parte bajo la forma de una privación sensible...[2]

...Ceder a los reclamos de la transferencia, cumplir los deseos del paciente de una satisfacción tierna y sensual, no sólo es prohibido por legítimas consideraciones morales, sino que resulta por completo insuficiente como medio técnico para el logro del propósito analítico...[3]

...Si un conflicto pulsional no es actual, no se exterioriza, es imposible influir sobre él mediante el análisis...Reflexionemos sobre los medios que poseemos para volver actual un conflicto pulsional latente por el momento...sólo dos cosas podemos hacer: producir situaciones donde devenga actual, o conformarse con hablar de él en el análisis, señalar su posibilidad. El primer propósito puede ser alcanzado por dos diversos caminos: primero, dentro de la realidad objetiva, y segundo, dentro de la transferencia, exponiendo al paciente en ambos casos a cierta medida de padecer objetivo mediante frustración y estasis libidinal. Ahora bien, es cierto que ya en el ejercicio corriente del análisis nos servimos de una técnica así. Si no, ¿cuál sería el sentido del precepto según el cual el análisis tiene que ejecutarse "en la frustración" {Versagung, "denegación"}?[4]

Hemos elegido para comenzar estas cuatro afirmaciones ya que, como se ve, abarcan un largo período de la obra en el que Freud mantiene la misma indicación. A partir de ellas es posible extraer tres objetivos básicos que perseguiría la Regla de abstinencia:

1- la frustración que impone el analista procura en el paciente cierto grado de padecer que funciona como "fuerzas pulsionantes del trabajo analítico";

2- exponer al paciente a cierto padecer objetivo mediante frustración en el campo de la transferencia vuelve actuales conflictos pulsionales que son así pasibles de influencia analítica.

3- la denegación de la satisfacción pulsional permite alcanzar el "propósito analítico" que Freud lo define en 1914, en diferentes lugares, en los siguientes términos:

...Para él [el médico], el recordar a la manera antigua, el reproducir en un ámbito psíquico, sigue siendo la meta...Se dispone a librar una permanente lucha con el paciente a fin de retener en un ámbito psíquico todos los impulsos que él querría guiar hacia lo motor, y si consigue tramitar mediante el trabajo del recuerdo algo que el paciente preferiría descargar por medio de una acción, lo celebra como un triunfo de la cura...[5]

...Si su cortejo de amor fuera correspondido, sería un gran triunfo para la paciente y una total derrota para la cura...Ella habría conseguido...actuar, repetir en la vida algo que sólo deben recordar, reproducir como material psíquico y conservar en un ámbito psíquico...[6]

...Las mociones inconscientes no quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino que aspiran a reproducirse...[7]

En este sentido, imponer la frustración a la satisfacción es la estrategia fundamental de la técnica analítica. Impedir las satisfacciones sustitutivas persigue el objetivo principal de hacer de la transferencia la vía regia de la elaboración, el motor de la cura, evitando que se convierta en el campo de la satisfacción.

En Recordar, Repetir y Reelaborar, Freud hace hincapié en la relación entre transferencia y repetición:

Volvemos esa compulsión inocua y, más aún aprovechable si le concedemos su derecho a ser tolerada en cierto ámbito: le abrimos la transferencia como la palestra donde tiene permitido desplegarse con una libertad casi total, y donde se le ordena que escenifique para nosotros todo pulsionar patógeno que permanezca escondido en la vida anímica del analizado...[8]

Y en Sobre la dinámica de la transferencia de 1912 dice:

...los fenómenos de la transferencia...nos brindan el inapreciable servicio de volver actuales y manifiestas las mociones de amor escondidas y olvidadas de los pacientes; pues en definitiva, nadie puede ser ajusticiado in absentia o in effigie. [9]

Es sólo en el terreno de la transferencia donde puede el analista tener noticia de esas mociones reprimidas, y operar sobre ellas. Pero la condición es evitar que la transferencia preste sus servicios a la resistencia. Y allí es donde la Regla de Abstinencia debe operar. Agregamos junto con Freud: ...cuanto estorbe proseguir la cura puede ser la exteriorización de una resistencia...[10]

Entonces, la Regla de Abstinencia es una indicación técnica y, como tal, debe ser observada por el analista a lo largo del tratamiento y como condición de posibilidad del mismo, siendo pura y exclusiva responsabilidad suya.

Las satisfacciones sustitutivas pueden intentarse en la cura en el campo de la transferencia, o fuera de ella. La Regla de Abstinencia rige para ambos casos.

Un ejemplo del primer caso es el amor de transferencia, tema largamente desarrollado por Freud, especialmente en su escrito Puntualizaciones sobre el amor de transferencia, en el cual es absolutamente enfático en relación a los motivos técnicos y éticos que impiden al analista responder a la demanda de amor del paciente.

Sobreviene un total cambio de vía de la escena, como un juego dramático que fuera desbaratado por una realidad que irrumpe súbitamente...[11]

No nos detendremos en este texto en particular, el cual podría ser tema de una presentación él mismo. Sólo vamos a decir que los motivos técnicos son los desarrollados hasta aquí en relación a la Regla de Abstinencia, y los motivos éticos y morales se fundamentan en el origen de ese amor.

Veamos un segundo ejemplo de satisfacciones sustitutivas que puedan intentarse en la cura:

...Difícilmente se pueda evitar que la actitud positiva hacia el analista se trueque de golpe un día en la negativa, hostil...La obediencia al padre..., el cortejamiento de su favor, arraigaba en un deseo erótico dirigido a su persona. En algún momento esa demanda esfuerza también para salir a la luz dentro de la transferencia y reclama satisfacción. En la situación analítica sólo puede tropezar con una denegación. Vínculos sexuales reales entre paciente y analista están excluidos, y aun las modalidades más finas de la satisfacción, como la preferencia, la intimidad, etc., son consentidas por el analista sólo mezquinamente...[12]

Las razones de esta última afirmación de 1938 ya habían sido planteadas en 1912:

...También la solución de la transferencia, una de las principales tareas de la cura, es dificultada por la actitud íntima del médico...Por eso, no vacilo en desestimar por errónea esta variedad de la técnica. El médico no debe ser transparente para el analizado, sino, como la luna de un espejo, mostrar sólo lo que le es mostrado...[13]

Con respecto a lo que sucede por fuera del campo de la transferencia, Freud prescribe la tarea de pedirle al paciente que renuncie a esas satisfacciones sustitutivas aún cuando pertenezcan a su vida cotidiana. En Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica dice: ...la actividad del médico debe exteriorizarse en una enérgica intervención contra las satisfacciones sustitutivas...[14]

Este último enunciado es la ocasión propicia para analizar el segundo grupo de indicaciones técnicas que mencionamos al comienzo: las referidas al Principio de Neutralidad. ¿Qué limitaciones impone Freud sobre la intervención del analista en la vida del paciente que nos obligan a relativizar aquel enunciado?

...El análisis respeta la especificidad del paciente, no procura remodelarlo según sus ideales personales –los del médico–, y se alegra cuando puede ahorrarse consejos y despertar en cambio la iniciativa del analizado...[15]

Por tentador que pueda resultarle al analista convertirse en maestro, arquetipo e ideal de otros, crear seres humanos a su imagen y semejanza, no tiene permitido olvidar que no es esta su tarea en la relación analítica, e incluso sería infiel a ella si se dejara arrastrar por su inclinación...[16]

Como se ve, estas dos últimas indicaciones son de índole diferente a aquellas que se referían estrictamente a la regla de frustrar la satisfacción al paciente. Ya en 1918, en Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica, él mismo establece la diferencia entre ambos tipos de indicaciones, a la vez que se ocupa de establecer las limitaciones que guían la labor del analista:

No creo haber agotado el alcance de la actividad deseable del médico con el anterior enunciado, a saber, que en la cura es preciso mantener el estado de privación […] Claramente aquí se está refiriendo a la Regla de Abstinencia. Y continúa: Nos negamos de manera terminante a hacer del paciente que se pone en nuestras manos en busca de auxilio un patrimonio personal, a plasmar por él su destino, a imponerle nuestros ideales y, con la arrogancia del creador, a complacernos en nuestra obra luego de haberlo formado a nuestra imagen y semejanza. […]...no se debe educar al enfermo para que se asemeje a nosotros, sino para que se libere y consume su propio ser. […]...tampoco podamos aceptar su reclamo [J. J. Putnam de EEUU] de poner al psicoanálisis al servicio de una determinada cosmovisión filosófica e imponérsela al paciente con el fin de ennoblecerlo. Me atrevería a decir que sería un acto de violencia, por más que invoque los más nobles propósitos.[17]

Entonces, mientras que en razón de la Regla de Abstinencia el analista es compelido a impedir la satisfacción pulsional del paciente, es en la observación del Principio de Neutralidad en lo que quedará impedido de buscar las propias satisfacciones en los tratamientos que conduce. Es decir, el Principio de Neutralidad es una imposición de abstinencia para el analista.

Veremos que el Principio de Neutralidad es el fundamento de diversos otros conceptos directamente relacionados no sólo con la técnica analítica, sino también con la posición ética.

Una de las cuestiones vinculadas al Principio de Neutralidad es la diferencia fundamental entre prácticas de sugestión y psicoanálisis. Cuando Freud se refiere a las prácticas de sugestión para criticarlas y diferenciarse de ellas, se refiere tanto a la sugestión hipnótica como a la psicología de la conciencia.

Dos características de los métodos sugestivos que enuncia Freud son: el objetivo deliberado de suprimir los síntomas, lo que él llamó "la ambición terapéutica"; y la intención de influir deliberadamente en la vida del paciente, por ejemplo, orientando sus decisiones: "la ambición pedagógica".

Veamos en Freud en qué sentido distanciarse de las prácticas sugestivas depende directamente de la Neutralidad como indicación técnica.

...que el médico quede habilitado para indicar nuevas metas a las aspiraciones liberadas. No respondería así sino a una lógica ambición, que se empeñaría en crear algo particularmente excelso con la persona a quien tanto trabajo ha consagrado para librarla de su neurosis, y en prescribir elevadas metas a sus deseos. Pero también en esto el médico debería contenerse y tomar como rasero menos sus propios deseos que la aptitud del analizado...La ambición pedagógica es tan inadecuada como la terapéutica...[18]

...Además, puedo asegurarles que están mal informados si suponen que consejo y guía en los asuntos de la vida sería una parte integrante de la influencia analítica. Al contrario, evitamos dentro de lo posible semejante papel de mentores; lo que más ansiamos es que el enfermo adopte sus decisiones de manera autónoma...[19]

...El procedimiento psicoanalítico se distingue de todos los métodos sugestivos, persuasivos, etc., por el hecho de que no pretende sofocar mediante la autoridad ningún fenómeno anímico. Procura averiguar la causación del fenómeno y cancelarlo mediante una transformación permanente de sus condiciones generadoras...[20]

Otra cuestión a tener en cuenta en relación al Principio de Neutralidad es aquella referida a no tomar partido en relación a la moralidad social o en nombre de una supuesta libertad sexual de los pacientes.

...Y en verdad, sobre el tratamiento analítico cae la sombra de una sospecha: no estaría al servicio de la moralidad general. Lo que le otorga al individuo lo ha restado de la comunidad. Pero...Ni por asomo el consejo de gozar de la vida sexualmente cumple un papel en la terapia analítica- aunque más no fuera, por el mero hecho de que proclamamos que en el enfermo se libra un obstinado conflicto entre la moción libidinosa y la represión sexual...ese conflicto no se cancela por más que se ayude a una de esas orientaciones para que triunfe sobre su contraria [...]Del celo con que yo me defiendo del reproche de que en la cura analítica se alentaría a los neuróticos a gozar de la vida, no pueden ustedes lícitamente inferir que los influimos en el sentido de la moralidad social. Estamos tan lejos de esto como de aquello.[21]

Por otra parte, los desarrollos en relación a la Atención Flotante también se vinculan íntimamente a la posición de neutralidad. Los enunciados que siguen muestran claramente cómo la atención flotante es una técnica que responde, y depende directamente, a la exigencia de neutralidad del analista.

...Por tanto, no se hace excepción a la regla de tomar siempre lo primero que al enfermo se le pase por la mente, aún a costa de interrumpir la interpretación de un sueño...[22]

...esa técnica es muy simple...consiste meramente en no querer fijarse (merken) en nada en particular y en prestar a todo cuanto uno escucha la misma "atención libremente flotante"... uno fija (fixieren) un fragmento con particular relieve, elimina en cambio otro, y en esa selección obedece a sus propias expectativas o inclinaciones. Pero eso, justamente, es ilícito [...] Mientras uno toma apuntes o traza signos taquigráficos, forzosamente practica una dañina selección en el material, y así liga un fragmento de su propia actividad espiritual que hallaría mejor empleo en la interpretación de lo escuchado...[23]

La experiencia mostró pronto que la conducta más adecuada para el médico...era que él mismo se entregase, con una atención parejamente flotante...evitase en lo posible la reflexión y la formación de expectativas concientes...Por cierto este trabajo de interpretación no podía encuadrarse en reglas rigurosas y dejaba un amplio campo al tacto y a la destreza del médico; no obstante cuando se conjugaban neutralidad y ejercitación se obtenían resultados confiables...[24]

En conclusión, la Atención Flotante, correlato indispensable de la Regla Fundamental, sólo es posible de ser alcanzada desde la posición de neutralidad. Es decir, la posición de neutralidad supone que el analista sustraiga de los tratamientos que conduce sus propias expectativas conscientes, su propia actividad espiritual, sus ideales, sus valores morales, su ambición pedagógica, así como sus pretensiones terapéuticas. En suma, la posición de neutralidad se funda básicamente en que el analista se sustraiga como persona para dar lugar así a su función.

En varias de las citas textuales que transcribimos aquí puede notarse que Freud dejó entrever las dificultades que conlleva la indicación de neutralidad. Veamos dos ejemplos.

El primero surge de sus recomendaciones referidas a la Atención flotante: …venciéndose a sí mismo para no poner en entredicho la jefatura de lo inconsciente en el establecimiento de la trama…[25]

El segundo ejemplo es tomado de sus recomendaciones en relación al manejo de la transferencia:

…el experimento de dejarse deslizar por unos sentimientos tiernos hacia la paciente conlleva, asimismo, sus peligros. Uno no se gobierna tan bien que de pronto no pueda llegar más lejos de lo que se había propuesto. Opino, pues, que no es lícito desmentir la indiferencia que, mediante el sofrenamiento de la contratransferencia, uno ha adquirido…[26]

Para este caso en particular, nos pareció interesante ofrecer al lector otra traducción del mismo párrafo:

Nuestro dominio sobre nosotros mismos no es tan grande que descarte la posibilidad de encontrarnos de pronto con que hemos ido más allá de lo que nos habíamos propuesto. Así, pues, mi opinión es que no debemos apartarnos un punto de la neutralidad que nos procura el vencimiento de la transferencia recíproca.[27]

Veamos ahora cómo se relacionan las nociones de Regla de Abstinencia y Principio de Neutralidad, y cuáles son las implicancias clínicas de esa articulación. Para ello, presentaremos a continuación algunos comentarios de Freud sobre sus propios vaivenes en el manejo de la transferencia del tan mentado Caso Dora, los cuales resultan muy ilustrativos.

Ante las quejas de Dora contra su padre, Freud nos dice:

...Yo no pude impugnar en general esa caracterización del padre; fácilmente se echaba de ver el particular reproche a que Dora tenía derecho...

Paso 1: Punto de vacilación en la transferencia en el que Freud toma partido por su paciente. La posición de neutralidad se ve comprometida por la interferencia de la persona del analista.

Toda vez que en el tratamiento psicoanalítico emerge una serie de pensamientos correctamente fundados e inobjetables, ello significa un momento de confusión para el médico, que el enfermo aprovecha para preguntar:”Todo es verdadero y correcto, ¿no es cierto?¿Qué podría usted modificar, pues es tal como se lo he contado”.

Paso 2: El analista advierte la vacilación de la posición de neutralidad.

Pronto se advierte que tales pensamientos inatacables para el análisis han sido usados por el enfermo para encubrir otros que se quiere sustraer de la crítica y de la conciencia [...] Se había vuelto cómplice de esa relación, desvirtuando todos los indicios que dejaban traslucir su verdadera naturaleza... [28]

Paso 3: El analista se reubica en la posición de neutralidad. Logra así ir más allá de esa verdad objetiva que funciona como pantalla para ambos–, y sitúa una verdad que compromete al sujeto del inconsciente.

Si Freud se hubiera dejado guiar por la impresión que se formó del padre de su paciente no se habría modificado en nada la posición subjetiva de Dora y la satisfacción pulsional concomitante. Habría repetido, actuado, en el tratamiento la posición de víctima que un observador distraído podía suponer en la realidad.

En cambio, desde la posición de Neutralidad fue posible para Freud ir más allá de lo imaginario de la escena e implicar a Dora en su posición subjetiva con la ya célebre intervención que rezaba: “¿Y qué parte le toca a usted en el mal que la aqueja?” Vemos entonces, la relación entre el Principio de Neutralidad y la Regla de Abstinencia.

De este modo, la posición neutral de Freud permitió, tomando palabras de Lacan[29], una primera inversión dialéctica que produjo un nuevo desarrollo de verdad: Dora era cómplice de la relación entre su padre y la Sra. K., y hasta velaba por ella.

 

Comentarios finales

A partir de los desarrollos precedentes, es posible concluir entonces en que el concepto de Neutralidad es una recomendación técnica para el analista que implica una imposición de abstinencia para él, en tanto agente de una función.

Implica abstenerse de la ambición terapéutica así como de la ambición pedagógica. Abstenerse de inculcarle al paciente los propios ideales o aquellos valores que corresponden a la moralidad de la época; abstenerse de dirigir la vida del paciente y abstenerse de proponer nuevas metas a las mociones pulsionales liberadas de los síntomas. Pero también, este lugar le impone no responder a la demanda de amor o a cualquier otro tipo de demanda del paciente, y excluir sus propios sentimientos contratransferenciales.

En otros términos, el concepto de Neutralidad obliga al analista a abstenerse de satisfacer la propuesta, siempre presente, del paciente (y la propia tentación) de concretar un pacto narcisista que configuraría la relación analítica en la dimensión especular, imaginaria.

Desde la posición de neutralidad, se abstiene de ofrecerse como un yo que forme parte de la serie de objetos especulares que, en tanto portadores de satisfacción sustitutiva, obturan la falta. Nos hemos deslizado entonces nuevamente a la dimensión de la Regla de Abstinencia. La Regla de la Abstinencia encuentra su condición de posibilidad en el Principio de Neutralidad.

 

BIBLIOGRAFÍA

Freud, S.: Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) El uso de la interpretación de los sueños en psicoanálisis (1911). Obras Completas, Amorrortu editores,T XII

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Freud, S.: Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912) Obras Completas, Amorrortu editores, T XII

Freud, S.: Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Recordar, repetir y reelaborar (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis,II) (1914) Obras Completas, Amorrortu editores, T XII

Freud, S.: Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos sobre la técnica del psicanálisis,III) (1915 [1914]) Obras Completas, Amorrortu editores, T XII

Freud, S.: Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico (1914) Obras Completas, Amorrortu ed, T. XIV

Freud, S.: Conferencias de introducción al psicoanálisis (continuación), Parte III. Doctrina general de las neurosis (1917 [1916-17]) 27ª conferencia: La transferencia Obras Completas, Amorrortu editores, T XVI

Freud, S.: Conferencias de introducción al psicoanálisis (continuación), Parte III. Doctrina general de las neurosis (1917 [1916-17]) 28ª conferencia: La terapia analítica Obras Completas, Amorrortu editores, T XVI

Freud, S.: Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica (1919 [1918]) Obras Completas, Amorrortu editores, T XVII

Freud, S.: Dos artículos de enciclopedia: "Psicoanálisis" y "Teoría de la libido" (1923 [1922]) Obras Completas, Amorrortu editores, T XVIII

Freud, S.: Presentación autobiográfica (1925 [1924]) Obras Completas, Amorrortu editores, T XX

Freud, S.: ¿Pueden los legos ejercer el análisis? Diálogos con un juez imparcial (1926) Obras Completas, Amorrortu editores, T XX

Freud, S.: Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933 [1932]) 34ª conferencia. Esclarecimientos, aplicaciones, orientaciones. Obras Completas, Amorrortu editores, T XXII

Freud, S.: Análisis terminable e interminable (1937). Obras Completas, Amorrortu editores, T XXIII

Freud, S.: Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]) Obras Completas, Amorrortu editores, T XXIII

Lacan, J.: Intervención sobre la transferencia (1951) Escritos I. Siglo veintiuno editores.


 


1 Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, III) (1915 [1914]) T XII.

[2]Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica (1919 [1918]) T XVII, pág.158.

[3]¿Pueden los legos ejercer el análisis? Diálogos con un juez imparcial (1926) T XX, pág.212

4 Análisis terminable e interminable (1937) T XXIII, pág.233.

[5] Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Recordar, repetir y reelaborar (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, II) (1914) T XII, pág.155

[6] Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, III) (1915 [1914]) T XII, pág.169.

[7] Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Sobre la dinámica de la transferencia (1912).

T XII, pág.105.

[8] Recordar, Repetir y Reelaborar (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, II) (1914) T. XII, pág.156

[9] Sobre la dinámica de la transferencia (1912) T XII, pág.105

[10] Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, III) (1915 [1914]) T XII, pág.166.

[11]Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915[1914]) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, III) (1915 [1914]) T XII, pág. 165

[12]Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]) Parte II. La tarea práctica, VI. La técnica psicoanalítica T XXIII, pág.176

[13]Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912) T XII, pág.117.

[14]Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica (1919 [1918]) T XVII, pág.159.

[15]Dos artículos de enciclopedia: "Psicoanálisis" y "Teoría de la libido" (1923 [1922]) T XVIII, pág. 247.

[16]Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]) Parte II. La tarea práctica, VI. La técnica psicoanalítica. T XXIII, pág.176.

[17]Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica (1919 [1918]) T XVII, pág.160-1.

[18]Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912) T XII, pág.118

[19]Conferencias de introducción al psicoanálisis (continuación), Parte III. Doctrina general de las neurosis (1917 [1916-17]) 27ª conferencia: La transferencia. T XVI, pág.393.

[20]Dos artículos de enciclopedia: "Psicoanálisis" y "Teoría de la libido" (1923 [1922]) T XVIII, pág.246

[21] Op. cit. (19). Págs. 393-395.

[22]Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) El uso de la interpretación de los sueños en psicoanálisis (1911). T XII, pág.80

[23]Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912) T XII, pág.111-3.

[24]Dos artículos de enciclopedia:"Psicoanálisis" y "Teoría de la libido" (1923 [1922]) T XVIII, pág.235.

[25] Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915 [1914]) El uso de la interpretación de los sueños en psicoanálisis (1911). T XII, pág.90.

[26] Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1915[1914]) Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, III) (1915 [1914]) T XII, pág. 168.

[27] Observación sobre el “amor de transferencia” 1914 (1915) Obras completas. Luis López Ballesteros.

[28]Fragmento de análisis de un caso de histeria (1905 [1901]) T VII, pág.31-3.

[29] Jacques Lacan, Intervención sobre la Transferencia (Escritos II)